Mejora el crecimiento de plantas y hortalizas, optimizando la producción de flores y frutos.
Mejora la exposición de las hojas al sol promoviendo la fotosíntesis.
Promueve la formación de nódulos en las plantas, especialmente en leguminosas.
Refuerza la pared celular del tejido vegetal, lo que se traduce en plantas más fuertes y resistentes.
En hortalizas y frutas reduce la toxicidad por metales pesados como aluminio, manganeso, cadmio, hierro y arsénico.
Controla insectos plaga, tales como áfidos, ácaros, hormigas, tijeretas y mosquitos del sustrato, entre otros.